JOSEFINA ROBIROSA en el MACBA “LÍNEA Y VIBRACIÓN”

JOSEFINA ROBIROSA EN EL MACBA LÍNEA Y VIBRACIÓN”, OBRAS QUE LA ARTISTA REALIZÓ EN EL PERÍODO 1967-1973

Curada por Rodrigo Alonso, la muestra reúne trabajos en los que la artista explora las relaciones entre figura y geometría. En diálogo con las pinturas de Robirosa, se exhibirán también obras de la colección MACBA de Marta Minujín, Elda Cerrato, María Martorell y Verónica Di Toro, entre otras destacadas artistas.



Del jueves 9 de marzo hasta el 25 de junio.


La muestra, curada por Rodrigo Alonso reúne obras pictóricas realizadas por Robirosa durante los años 1967 a 1973, período en el que la artista exploró las relaciones entre figura y geometría, dando vida a pinturas rebosantes de color, con líneas paralelas irregulares que insinúan siluetas, personajes o situaciones. 

Se trata de una selección de obras donde se advierten repeticiones lineales y colores saturados, en sintonía con las corrientes op y pop del momento, según explica Rodrigo Alonso, curador de la muestra.




En estas piezas, línea y color son protagonistas absolutos. Su tratamiento contrasta con las imprecisiones y opacidades propias del informalismo que invade el campo artístico local con sus machas negras y ocres, sus gestos ampulosos y sus superficies desgarradas”, afirma Alonso. Y agrega “en este paréntesis de su trabajo – que antes y después está orientado en gran medida a repensar la representación de la naturaleza– examina la figura humana y sus interrelaciones, la comunicación y la tensión de los cuerpos con el entorno”.



Josefina Robirosa, fallecida el año pasado a los 89 años, fue una gran referente del arte argentino. Integró el grupo de artistas del Instituto Di Tella que revolucionó la percepción artística de la Argentina en los años ’60. Hacia 1967, Robirosa empezó a experimentar en pintura con líneas, franjas de colores y juegos geométricos que se alternaban creando volúmenes, una versión de arte óptico. Líneas, figuras sintéticas, aparición del cuerpo humano, juegos de luz, ópticos y geométricos. De 1969 a 1975 se recluyó en un replanteo de su obra que gestó un cambio radical de su imagen, el cual surgió a través del dibujo. Hacia mediados de la década del ´70, la obra de Robirosa transitó hacia una abstracción figurativa.




Sus obras son parte del acervo del Museo Nacional de Bellas Artes, MACBA y Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, entre otros. También forman parte de la Colección ITT, Nueva York, Albright Knox, Búfalo, EEUU, Neiman Marcus y Chase, Manhattan, EEUU y Thyssen, Suiza. En 1997 expuso en el Museo Nacional de Bellas Artes una retrospectiva de su pintura, y en 2001, en la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta.



 

EN DIÁLOGO

En diálogo con las obras expuestas de Josefina Robirosa, Rodrigo Alonso seleccionó para esta exposición pinturas de artistas mujeres de la Colección MACBA que exploran las relaciones entre línea y vibración cromática, dando por resultado un tipo específico de abstracción geométrica. Así, se exponen obras de Marta MinujínElda Cerrato (fallecida el 17 de febrero de 2023), María Martorell, Natalia Cacchiarelli, Alejandra Barreda, Valeria CalvoGabriela Böer, Leila Tschopp, Carola Zech, María de la Vega, Cristina Rochaix y Verónica Di Toro.



La selección, dice Alonso, “construye un diálogo que involucra a artistas de diferentes generaciones, con planteos plásticos diversos. Las une la importancia que dan a la línea como herramienta de organización formal, como elemento que define el andamiaje visual de manera contundente. Ya sean curvas o rectas, estas líneas protagonizan la composición y capturan la mirada”.



 

 

 

Josefina ROBIROSA

Josefina Robirosa (Buenos Aires, 1932-2022) inicia su actividad artística siendo todavía muy joven, en los años ´50, cuando la escena de Buenos Aires es animada por diferentes versiones de la abstracción. Superados los rigores del arte concreto, es la vertiente lírica la que se impone en estos tiempos, una variante que enfatiza el subjetivismo y la sensibilidad.

Las primeras obras de Robirosa consiguen atención de inmediato: en 1956 inaugura su primera exposición en la Galería Bonino (la más importante del circuito porteño), y al año siguiente, integra la delegación que representa a la Argentina en la IV Bienal Internacional de Arte de San Pablo (junto a José Antonio Fernández Muro, Sarah Grilo y Miguel Ocampo).

Integró el grupo de artistas del Instituto Di Tella que revolucionó la percepción artística de la Argentina en los años ’60. Hacia 1967, Robirosa empezó a experimentar en pintura con líneas, franjas de colores y juegos geométricos que se alternaban creando volúmenes, una versión de arte óptico. Líneas, figuras sintéticas, aparición del cuerpo humano, juegos de luz, ópticos y geométricos. De 1969 a 1975 se recluyó en un replanteo de su obra que gestó un cambio radical de su imagen, el cual surgió a través del dibujo. Hacia mediados de la década de 70, la obra de Robirosa transitó hacia una abstracción figurativa.

Sus obras son parte del acervo del Museo Nacional de Bellas Artes, MACBA, Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Museo Genaro Pérez de Córdoba, entre otros. También forman parte de la Colección ITT, Nueva York, Albright Knox, Búfalo, EEUU, Neiman Marcus y Chase, Manhattan, EEUU y Thyssen, Suiza. En 1997 expuso en el Museo Nacional de Bellas Artes una retrospectiva de su pintura, y en 2001, en la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta.

 

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